El Fary, cantaor, filósofo y etólogo
Muchos han querido malinterpretar sus palabras, pero son verdades como templos: «Yo siempre he detestado al hombre blandengue [...] ese hombre de la bolsa y del carrito del niño». «Y es que la mujer es muy pícara [...] es granujilla».
El Fary es mi Señor. Y como tal, tengo dedicado un templete a él en la cómoda de mi casa. Con velas.
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