Carl Sagan redivivo
Acaba de llegarme el número de abril de la revista Muy Interesante, que trata en su portada el debate entre ciencia y religión.
En Europa no es tan polémico ni está tan extendido como en los Estados Unidos el debate sobre si llevamos seis mil años en la Tierra y somos hijos de un tal Adán o somos un paramecio accidentalmente devenido en primate. De todos modos, las cosas están cambiando, como ya iba adelantando Benedicto XVI al decir que la teoría de la evolución hace agua, y eso que su antecesor Pío XII mantuvo una excelente neutralidad en su determinante encíclica Humanis generis (1950), en la que declaraba la compatibilidad entre ciencia y fe, entre darwinismo y religión. Gracias a eso, muchos fuimos educados en la teoría de la evolución y muchos creyentes católicos pudieron quitarse el miedo del cuerpo y adentrarse sin miedo en la paleobiología, en la arqueología y en otras ciencias que, de otro modo, estarían en franca oposición a sus creencias.
Pero no son buenos tiempos para la ciencia, admitámoslo. Ahora que estamos en el primer mundo y no nos morimos de viruela ni de tuberculosis y parimos con epidural, la gente usa con mucha libertad la palabra científico para referirse a unas personas de bata blanca que nos quieren freír el cerebro con las antenas de los teléfonos móviles, el cambio climático y las microondas por la mañana y... por la tarde, se vuelven buenas e inventan protocolos de seguridad alimentaria, adelantos médicos y curas de enfermedades terribles, y como resultado vivimos más años y con más calidad de vida. Pero como dice Punset en su libro El viaje a la felicidad, vivir preocupado deteriora notablemente nuestra salud.
¿Que sobrevivimos más al cáncer? «Gracias a los avances científicos». ¿Que la quimioterapia y los oncólogos matan más que curan? «Gracias a los avances científicos» ¿Ein? Está claro que en la ciencia, como en la Estrella de la Muerte, debe de haber un lado oscuro de la Fuerza de aúpa.
Y de todo esto me venía yo acordando al releer, por enésima vez, un texto que parece volver a estar de actualidad cada pocos años: La carga del escepticismo.
English ultra-briefed summary: Print and read this gymnastics for the mind—fresh food for thought: The burden of skepticism.
No hay comentarios:
Publicar un comentario