Eso me pregunté yo cuando me puse a leer sobre la cuestión. Me pasó algo curioso: yo empecé a usar la homeopatía, pero el mismo día en que comencé a documentarme sobre sus principios y, por tanto, a dudar de ellos, los efectos de aquellos productos homeopáticos carísimos que consumía dejaron de hacerme efecto. Una versión sui géneris del observador en procesos de física cuántica.
—La aspirina me quita el dolor de cabeza aunque no crea en ella. ¿Por qué no me ocurre lo mismo con estos productos? —me repetía.
La homeopatía se inventó hace más de doscientos años y prácticamente desapareció con la irrupción de la farmacopea, aunque en los últimos años ha resurgido con fuerza en los países desarrollados. Paradójicamente, los principios homeopáticos contradicen los de la física y química que a todos nos enseñaron en el colegio, y pertenecen más a lo que podría denominarse el «pensamiento mágico», esa parte de la mente humana que alberga lo sobrenatural, las creencias religiosas y las supersticiones. Mucha gente confunde —como yo lo hacía— la homeopatía con las medicinas naturales.
Y escribo esto porque ayer mismo otra persona volvió a aconsejarme un producto homeopático diciéndome que era «natural» y hecho «a base de hierbas». Si tú lees esto y creías que esto era verdad —como me pasaba a mí cuando la probé—, quizás debas informarte mejor. Pero no me creas a mí, claro: lee los argumentos que hay en contra y a favor de esto (al pie de este artículo encontrarás algunos enlaces).
Según algunos, dice la Wikipedia, la homeopatía se basa en postulados, no en pruebas. Uno de ellos es que el agua «guarda memoria» de lo que contuvo, que las enfermedades tienen un origen espiritual y que uno puede curar una enfermedad con una dilución de un preparado en el que no existe una sola molécula del ingrediente original. La homeopatía no ha podido demostrar científicamente que esto sea cierto y el único reconocimiento notable que ha recibido esta idea ha sido el premio IgNobel (también llamados los «antinobel») otorgado al francés Jacques Benveniste.
A mí, particularmente, lo que me llevó a cuestionarme la homeopatía fue este fundamento: «cuanto mayor es la dilución del medicamento, más efecto hace sobre el paciente». (Y además, no habla de disolución, sino de dilución, que es más potente.)
Lecturas y material audiovisual de referencia
Páginas de homeópatas sobre homeopatía: Homeopatia.net y Homeopatía unicista.
James Randi es un investigador y mago canadiense que tiene una fundación para la divulgación de la ciencia y para combatir las pseudociencias. Además, Randi es el creador de un famoso reto (Randi's Challenge) con el que se compromete a pagar un millón de dólares a aquel que pueda demostrar la eficacia o veracidad de fenómenos paranormales (ovnis, zahoríes, doblaje de cucharas, quiromancia...) en condiciones controladas, pero aún nadie ha ganado la apuesta.
El programa Horizon de la BBC decidió aceptar el reto y poner a prueba la homeopatía con Randi y... de nuevo, esta no pasó la prueba. El diario inglés The Guardian tampoco se queda atrás en este artículo (en inglés).
La ARP-SAPC (la asociación española de escépticos) elaboró hace tiempo un completísimo monográfico sobre esta cuestión. No en vano, aparece entre los primeros resultados cuando se busca homeopatía en Google. En la bitácora El fondo del asunto lo comentan en pocas palabras. Incluso el doctor House, el de la serie de televisión, tiene que atender a un joven que está grave después de haber pasado por un acupuntor que lo mandó a un armonizador del chi que lo envió a un homeópata que lo derivó a un quiropráctico que lo mandó a un naturópata que volvió a enviarlo al acupuntor original. Y House da su opinión sobre estas terapias con su famoso estilo.